Las polémicas arbitrales y la Champions League van ligadas a la historia del Real Madrid. No es coincidencia que, en la mayoría de las decisiones, la balanza se incline hacia el mismo sector. El último robo antológico, contra el Atlético de Madrid en la vuelta de los octavos de final, se produce en una época en la que la tecnología debe servir como una herramienta para facilitar el trabajo de los colegiados. No para empeorar la credibilidad de los árbitros.
El sufrido triunfo del Real Madrid se explica especialmente por el penalti anulado a Julián Álvarez. El delantero argentino batió a Thibaut Courtois, pero desde el VAR advirtieron al árbitro principal (Szymon Marciniak) de que el balón fue golpeado por los dos pies. No hubo duda por parte de los encargados del videoarbitraje al señalar lo que fue la sentencia definitiva para el Atlético de Madrid. El problema es que no dieron ninguna imagen que acredite la infracción del jugador colchonero.
Escándalo en España
La ausencia de una imagen que permita esclarecer la situación provoca que sea un escándalo mayúsculo. Desde la entidad merengue, como es evidente, defienden la versión que favorece su narrativa. Pero la realidad es que los vídeos que circulan en las redes sociales no demuestran que Julián Álvarez haya movido el balón con el pie de apoyo antes de patear con la diestra. La postura del Madrid es que la infracción del atacante rojiblanco permitió que el esférico consiguiera la altura suficiente para vencer a Courtois. Pero, nuevamente, solo es una teoría por la falta de pruebas.
Hasta antiguos árbitros del fútbol español como Mateu Lahoz y Eduardo Iturralde, quienes trabajan actualmente para Movistar Plus y Cadena SER respectivamente, consideran que Marciniak debió comprobar la jugada en el VAR. En cambio, el colegiado polaco solo dio por buena la versión que le transmitieron en la sala del videoarbitraje y anuló el penalti de Julián.
Simeone, cabreado
Como era de esperarse, Diego Simeone mostró su frustración por el hecho de perder derrota contra el Real Madrid por una polémica de esa magnitud. Fue tan grande su cabreo que en la sala de prensa gritó a todo pulmón: “¡Que levante la mano quien vea que tocó la pelota dos veces Julián! ¡Que levante la mano! ¡No la levanta nadie!”.
Y no es para menos. La historia se ha vuelto a cebar con el Atlético de Madrid en la Champions League. Los colchoneros hicieron más méritos para tumbar al conjunto merengue, pero la falta de acierto en los momentos de dominio y la influencia del VAR lo impidieron. Otra injusticia tras lo sufrido en las últimas finales que disputaron contra el Real Madrid.
El recuerdo de las finales
La mala racha de Simeone contra el Real Madrid empezó en la temporada 2013-14, cuando el elenco blanco conquistó la décima Champions League de su historia. El largo tiempo añadido en la final celebrada en Da Luz permitió a los merengues empatar el partido con el gol de Sergio Ramos y luego sellar la remontada en la prórroga.
El fuera de juego de Sergio Ramos en la decimoprimera Champions del Real Madrid REDES
Dos años más tarde, el Atlético también sufrió otra polémica arbitral en la final contra el Madrid. El primer gol del cuadro blanco, cortesía de Sergio Ramos, debió ser invalidado por fuera de juego. Gareth Bale peinó el balón y el central español se encontraba en posición ilegal, pero el árbitro Mark Clattenburg y su equipo no lo señalaron. Aquel duelo disputado en San Siro se definió en los penaltis con victoria para cuadro merengue.
Racha negativa
El Cholo Simeone también sufrió otras derrotas contra el Real Madrid en la máxima competición continental. En los cuartos de final en la edición 2014-15, donde Javier Hernández marcó el único gol de la eliminatoria. Y en las semifinales de la temporada 2016-17 tras caer por los tres tantos de Cristiano Ronaldo en el partido de ida (global de 4-2).
Los jugadores del Atlético se lamentan por la derrota en la tanda de penaltis EFE
La reciente derrota en la tanda de penaltis se suma a una racha negativa del Atlético de Madrid en la Champions. Con su evidente polémica arbitral, pero que deja a los colchoneros con la sensación amarga de estar cerca de posicionarse entre los ocho mejores equipos de Europa. Algo que merecieron de sobra en toda la eliminatoria.
