A Lewandowski le pagan para esto | Marca

Hay partidos que se ponen feos para el Barcelona desde el inicio. Así fue este enfrentamiento con el Alavés. Los azulgranas regalaron el primer tiempo. Tal vez por las consignas de Flick que era consciente que su rival era un equipo que marcaba en los primeros minutos de juego y ordenó prudencia de entrada a los suyos, o simplemente porque no supieron encontrar el camino del gol. Sólo un chut entre los tres palos en esos primeros 45 minutos. Mal día para atascarse cuando el Madrid se había dejado tres puntos.

Sí que es cierto que los azulgranas mejoraron en la segunda mitad, pero sin excesos. Les costaba una barbaridad superar a la bien organizada defensa del Alavés. Sin espacios, había que tirar del goleador. Y fue Lewandowski al que le tocó la papeleta de solucionar la situación. Primero tuvo una gran ocasión con un cabezazo que salió desviado por muy poco. A la siguiente vino el gol. De oportunista nato. Apareció en el segundo palo para aprovechar el rechazó de un rival. Y el partido, en el bote. Con sufrimiento, sí, pero en el bote. Hay días en los que todo se complica y es donde el Pichichi tiene que aparecer. Y lo hizo. Ya le ha metido siete goles al Alavés, su mejor cliente.

Hay acciones que por sí solas ya valen el precio de una entrada para un partido. Fue la que protagonizó Lamine Yamal a los cuatro minutos de partido. El delantero recibió un balón en su banda a al altura de la medular. Y arrancó en busca de la portería rival. Se fue de uno, dos, tres, cuatro, cinco y hasta seis jugadores rivales. Una auténtica maravilla. Después del sexto acabó con un pase con el exterior a Raphinha. Pena que el brasileño no pudiera acabar la acción en gol porque su chut salió fuera.

El choque de cabezas entre Gavi y Conechny fue brutal. Los dos acabaron tendidos en el césped y luego en el hospital. Pero Gavi no quería irse. Salió del terreno de juego por su propio pie e indicándole al médico que él seguía. Este decía que no, pero el jugador se resistía. También cuando Araujo y Raphinha le dijeron que lo mejor era retirarse. Tuvo que intervenir Flick. En tono paternalista le dijo que no había opción y que tenía que salir. Gavi accedió ante las palabras del jefe

Últimamente al Barcelona no le estaba funcionando su trampa del fuera de juego. Parecía que los rivales se lo habían estudiado y le costaba mucho dejarles en posición antirreglamentaria. En esta ocasión no. El equipo de Flick supo utilizar esta forma de defender con gran efectividad porque dejó a su rival en un total de 11veces en fuera de juego.

Pues vaya usted si es por Szczesny o por lo que fuera, pero el Barcelona volvió a dejar la puerta a cero en Liga después de diez partidos. La última vez había sucedido en el Clásico disputado el pasado 26 de octubre. Hacía muchísimo. Un factor clave de cara a éxitos futuros es que el Barcelona recupere la solidez defensiva.

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