El imponente Metropolitano fue el escenario perfecto para una fiesta. La del Barça. Ya no solo se trató de salir del feudo rojiblanco asestando un golpe a LaLiga tras una remontada de campeón, lo que tanto se celebró sobre el césped y en los vestuarios fue el fruto de la comunión imperante entre la plantilla y el cuerpo técnico. El equipo tenía marcado en rojo en el calendario este partido tras dos decepciones consecutivas ante los de Simeone y tenía ganas de rebelarse. Este Barça es una familia.
No lo pudo esconder ni tuvo por qué hacerlo. Acudió a la sala de prensa con una sonrisa de oreja a oreja, los ojos todavía iluminados después de que el equipo le respondiera con una remontada de época. Flick se movió inquieto sobre la banda cuando el marcador era adverso y después, hasta cuatro veces apretó el puño en señal de alegría. En cada gol, la celebración fue en aumento y dio una buena carrera mientras saltaba de alegría cuando Lamine marcó el tercero. Porque era el gol que culminaba la remontada (después la amplió Ferran) y porque sabía que el canterano necesitaba un gol en Liga, donde no marcaba desde el pasado clásico.
Y en el cuarto, de nuevo rienda suelta. Brazos en alto, y un par de vueltas dando botes. La ocasión bien que lo merecía.
Flick y Lamine se abrazaron después del partido. Como es habitual, el técnico lo hizo con su cuerpo técnico y con los jugadores uno por uno. A Gavi no tuvo ni que esperarlo, pues el sevillano ‘se abalanzó’ sobre el técnico y le dio un enorme abrazo. Ya lo había hecho antes, cuando todo el equipo estaba celebrando el gol de la remontada y abandonó la piña para festejarlo personalmente con su mister.
Gavi celebra con felicidad un triunfo que es media Liga / Valentí Enrich
Gavi siente el Barça como el que más y sus imágenes celebrando los goles y el final del partido fueron un espectáculo. Se dirigió a los aficionados barcelonistas ubicados en la parte alta de uno de los córners del Metropolitano, levantando los brazos hasta en tres ocasiones con orgullo y rabia. Y después se abrazó a familiares y a amigos que había en la grada. También lo hicieron Eric, Ferran y Balde. Fiesta total.
De Gavi ya conocemos todos su efusividad, pero de Raphinha no tanto. Y también lo es, y mucho. Hasta el punto de que fue capaz de levantar un buen par de palmos a Hansi Flick cuando ambos fueron a abrazarse. El brasileño era uno de los más felices y siempre atento a todos los detalles, en plena euforia no se olvidó de entregarle su camiseta a un joven aficionado que se la había pedido mostrando un cartel con la petición y un gran corazón.
Raphinha entrega su camiseta a un joven aficionado / Valentí Enrich
La celebración pasó del césped al vestuario. El Metropolitano es un estadio fantástico y dotado de las más modernas instalaciones, entre ellas, un jacuzzi donde se ‘remojaron’ varios futbolistas, como mostró Dani Olmo en su cuenta de Instagram. Fueron momentos felices ni siquiera empañados por las molestias de Iñigo Martínez y Marc Casadó.
Los jugadores del Barça, tras la remontada al Atlético / X
Los internacionales españoles se quedaban en Madrid para concentrarse con la Roja, pero ellos tuvieron que volver con el grupo. De hecho, a la alegría del triunfo se unió el hecho de que muchos de ellos, los internacionales, no volverán a verse hasta dentro de unos días y fue una especie de despedida. Porque este equipo es una familia que permanece junta y unida. La gran clave del éxito del Barça de Flick.
Alegría de Laporta, Bojan y compañía en el Metropolitano / Instagram
Fue una celebración del barcelonismo donde no faltó la euforia de los directivos desplazados. Laporta se contuvo en el palco y mostró efusividad en vestuarios con los jugadores, Flick y todo el staff. Su asesor, Enric Masip, inmortalizó la noche de la gran remontada y los 4 goles marcados con una fotografía en el palco del Metroplitano, ya vacío, junto a Laporta, Bojan, Jordi Finestras, Yuste y Joan Soler. Recordó a una práctica que se recuperó tras algunas victorias memorables en el Camp Nou.