Si no hubiera gente mala no habría grandes abogados.
La pasta de un profesional se demuestra en los momentos difíciles. Ponga la profesión que quiera. Para lo del día a día, lo normalito, lo corriente, lo que no cuesta, valdría cualquiera. Es en los momentos más duros cuando el verdadero profesional se destapa y deja su profesión y su tarea dentro de la sociedad a la altura de las gentes con principios.